Tingana, en San Martín, es ejemplo de buenas prácticas de turismo rural sostenible

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Tingana, en San Martín, es ejemplo de buenas prácticas de turismo rural sostenible

El estudio “El turismo y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Buenas prácticas en las Américas”, publicado por la Organización Mundial del Turismo (OMT) y la Organización de Estados Americanos (OEA), reconoce, dentro de sus casos de estudio, el emprendimiento peruano de turismo rural comunitario de Tingana, en la región de San Martín.

Hace 15 años, Tingana abrió sus puertas al turismo y a todos los beneficios que promueve esta actividad. De ser una localidad que vivía del uso indiscriminado de los recursos naturales (tala, caza y pesca), pasó a ser un pueblo conservacionista y vigilante del cuidado del Amazonas.

El éxito de este proyecto radica en el modelo de gestión de las operaciones turísticas y el control de las ganancias. Asimismo, opera como una asociación integrada por los propios lugareños. Ellos se encargan de los traslados, el alojamiento, la alimentación y las visitas guiadas. Los ingresos son distribuidos en el pago de salarios (10%), el mantenimiento y operación de las actividades turísticas (40%) y la conservación de la selva (50%).

En el 2015, la Organización de las Naciones Unidas presentó los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una colección de 17 medidas para contribuir con la conservación de nuestro planeta. Con las actividades turísticas, la iniciativa peruana ha alcanzado los siguientes ODS:

  • Reducción de la pobreza.
  • Trabajo decente y crecimiento económico.
  • Producción y consumo responsable.
  • Acción por el clima.
  • Proteger los ecosistemas terrestres.

El estudio destaca el esfuerzo de la comunidad y resalta los siguientes logros:

  • Capacitación y desarrollo de habilidades de sus habitantes.
  • Aumento mensual de los ingresos en US$ 250 por persona.
  • Recuperación de diversas especies de flora y fauna.
  • Reorientación de otras actividades económicas hacia prácticas sostenibles, como la agricultura a pequeña escala.
  • Recuperación y puesta en valor de tradiciones ancestrales y patrimonio cultural.
  • Incorporación al régimen fiscal formal.
  • Educación superior a niños y jóvenes, lo que mejora sus actividades económicas y evita la migración.
  • Al compartir su modelo de desarrollo se coopera con las comunidades vecinas.

Diversas organizaciones han colaborado con el proyecto, impartiendo formación (en gastronomía, hostelería, guiado de turistas, gestión empresarial y ecología) o promoviendo el proyecto turístico en distintas plataformas.

La principal lección del emprendimiento se relaciona con los numerosos beneficios que se obtienen al cambiar el trato hacia la naturaleza, las personas, las sociedades, las especies y los ecosistemas. Por ello, Tingana sigue mejorando sus productos turísticos y fomentando la conservación de la selva y el empoderamiento local.

La investigación de la OMT y OEA concluye que el turismo en América contribuye a reducir la pobreza, mejorar los medios de subsistencia, y proteger la biodiversidad y el patrimonio cultural. La gestión del desarrollo sostenible del turismo depende, en gran medida, del fortalecimiento de las alianzas entre las comunidades locales y las partes interesadas, nacionales o extranjeras, y públicas o privadas. Tal como sucede en la naturaleza, los organismos deberían coexistir en armonía con el ecosistema que los rodea.

Tingana forma parte de los productos del proyecto Turismo Rural Comunitario desarrollado por MINCETUR, que está enfocado en permitir la sostenibilidad de la actividad turística y la inclusión socioeconómica de las poblaciones rurales. Asimismo, la difusión del proyecto se fortalece mediante las acciones de las diferentes plataformas de promoción.

Fuente: “El turismo y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Buenas prácticas en las Américas” – Organización Mundial del Turismo / Organización de los Estados Americanos (septiembre, 2018)