Básicamente, es un síndrome que se da cuando sufrimos de un repentino cambio de horario. Lo que, lo hace muy común en personas que viajan a otros continentes con zonas horarias muy diferentes a la de origen. Como por ejemplo desde América hasta Europa u Oceanía, estos viajes tienen hasta 18 horas de diferencia.
Algunos de los síntomas que puedes padecer son los siguientes: fatiga generalizada, problemas estomacales, aturdimiento. Además, falta de memoria, cambios de humor, de acuerdo a explicación dada por los expertos del Health Club del JW Marriott Hotel Lima.
Es por ello, que te dejamos una serie de tips o recomendaciones que puedas aplicar a la hora de enfrentarte a un cambio de este tipo:
ANTES DEL VUELO:
- Hacer ejercicios y tener una alimentación balanceada.
- Iniciar las actividades diarias antes o después de lo acostumbrado (dependiendo de la diferencia horaria), a fin de ayudar al cuerpo a ir adaptándose al cambio horario que le viene.
DURANTE EL VUELO:
- Tomar abundante agua ayudará a contrarrestar los efectos.
- No ingerir alcohol y cafeína para evitar la alteración del ciclo de descanso.
- Ejercitar las piernas y moverse dentro del avión, mientras la señal de abrocharse el cinturón de seguridad se encuentra apagada.
AL ARRIBO:
- Si llegan de día, es importante exponerse al sol para evitar la descompensación o descansar en un lugar que permita el paso de la luz.
- Hacer ejercicios.
- Tratar de dormir si llega de noche.
- Tener alimentación balanceada mientras el organismo se adapta al cambio.
Es importante resaltar, que este síndrome es temporal y que a los pocos días pasarán los efectos. Pero, en el caso de que seas viajero frecuente y no hayas logrado superar los efectos, siendo repetitivos en cada viaje, es recomendable que acudas a un médico para que realices terapia del sueño. A fin de tener técnicas para controlar el sueño y evitar los efectos del cambio horario.